Un Bendecido Re - encuentro

 El pasado 10 y 11 de octubre, se realizó en Puerto Ordaz, el Re encuentro de quienes hace 9, 10 y 11 años eran niñ@s y adolescentes pertenecientes a Macrey con la Hna Noemi Molina como asesora de ese entonces; ahora ya adultos, se les presentó la propuesta de Tripulantes de Avanzada. Dejemos que una de las participantes nos comparta su vivencia:

“Dios es como una brújula que nos orienta a horizontes insospechados, solo necesitamos abrir el corazón y dejar que nos muestre el camino”

El tiempo juega con nosotros de manera inexplicable, ayer fuimos niños corriendo por los alrededores de primaria, explorando cada rincón e imaginando miles de posibilidades para jugar, ahora en cambio, somos adultos con responsabilidades, las cuales, a veces nos esclavizan sin darnos cuenta.
Hoy volvimos a rondar un espacio, un lugar donde una gran experiencia marcó el corazón de muchos jóvenes que ahora son profesionales, pilares de familia o por lo menos, en camino a ello. Años pasaron desde el último momento en que varios de nosotros nos reuníamos cada sábado para planificar y dedicar tiempo a Dios, muchos de ellos nosotros tomamos caminos distintos, sin tener contacto alguno con esa familia que se había formado con el paso del tiempo, sin embargo, otros prevalecieron día a día motivando a nuevas generaciones para crear lo que hoy conocemos como Macrey. Gracias a quienes con tesón y entusiasmo continuaron el camino y ahora nos invitan a caminar en él… ¡Gracias Macrey Puerto Ordaz!

La llamada de Dios

Una llamada fue suficiente para mover el mundo de todos esos jóvenes, muchos de ellos sintieron un terremoto emocional al escuchar el tono de voz de la Hna Noemi con su acento tan peculiar y representativo, que puede aún en la distancia hacerte recordar cada momento con claridad, y paralizar el tiempo a tal punto que te sientes un niño otra vez.

Aquellos jóvenes que perduraron en Macrey fueron capaces de organizar a una multitud para reencontrarse después de tantos años, de encender la llama que se creía extinta en muchos de nosotros y de motivarnos a entrar nuevamente al mundo espiritual que la mayoría había dejado en segundo plano.

Y no solo eso, pudieron dar un giro en el tiempo, dándonos la oportunidad de volver a compartir con la Hermana Noemi que con su alma infantil, su carisma e incluso sus regaños, pudo ganarse el corazón de tantos, a tal punto que ese fin de semana hombres y mujeres adultos se comportaron como chiquillos de primaria estando a su alrededor.

Es así como un reencuentro de dos días movió la esperanza y el espíritu que estaba dormido durante unos cuantos años, dichosos aquellos que pudimos compartir en el colegio Cristo Rey de Puerto Ordaz hace unos años y ahora adultos, regresamos a nuestros orígenes.

Nuevos comienzos

Lágrimas y sonrisas corrían alrededor de todos, recuerdos pasaban frente a nuestros ojos, dándonos un golpe al corazón y apretando nuestra garganta en cada paso que se daba.
Nuevas caras, nuevas experiencias y nuevos proyectos se hicieron presentes. La Hermana Irma fue un complemento que enriqueció aún más el tiempo de todos, dos días fueron suficientes para ganarse el cariño y la confianza de todos los que estuvimos presentes y con su personalidad tan alegre y peculiar hacía sonreír a cada persona.

De igual forma las Hermanas que pertenecen a la comunidad: Gloria, María Paz y Daily, su amabilidad hizo la estadía algo grato y que motiva a repetir muchas veces más. Gracias hermanas por su hospitalidad y cariño, queremos que continúen abonando y regando en nosotros la semilla sembrada.

Un compromiso con Dios

El lugar, la fecha, el motivo, todo fue un plan realizado por Dios, dando como resultado un éxito total, reviviendo la primera generación de Macrey Puerto Ordaz. Durante el reencuentro salió al aire la noticia de volver a comprometernos con Dios, de acercar nuestra vida y entregarla en sus manos, no solo de palabra sino de acción. Siempre en nuestros corazones, habrá un lugar para Él.
El nerviosismo se asomaba por las miradas de todos, el miedo al compromiso intentaba apoderarse de la sala, sin embargo, todo terminó con las mayores expectativas. Dos días fueron suficientes para motivar a una generación perdida en el tiempo; Tal vez el comienzo sea lento pero sin duda el esfuerzo valdrá la pena, y como dice nuestro Padre Pedro Legaria "Consumirme constantemente en todo mi ser por vuestro amor, por vuestra gloria, por vuestro reinado, por vuestro consuelo, por salvar almas, de modo especial por los Santos Ejercicios"

Es así como debemos consumirnos en amar constantemente a Dios y rescatar la juventud que se ha desviado; velar por los nuevos Macreyistas para mantener su fe y su confianza en Dios, que sean fuertes y llenos de motivación para que esta familia nunca se extinga sino que abra su espacio a un futuro próspero y lleno de bendiciones.

Geraldine Montilla

Macreyista Etapa “Puerto”

Estudiante de Comunicación Social